Vivir la vida con un salario mínimo no es una tarea fácil para los ciudadanos de Arizona.
Pregúntele a Christina Muñoz.
Para Muñoz y su familia, el salario mínimo de Arizona no es un salario digno. “Nadie puede vivir de $8 la hora ni tampoco de cheques de desempleo. Un salario mínimo aceptable sería de $10 $12 por hora, no $8. Hay tantas cosas que podría hacer con ese dinero extra”, dijo Muñoz.
Aunque la recesión terminó hace cinco años, Arizona sigue sintiendo los efectos de las graves repercusiones que tuvo para el estado. Con los nuevos aumentos de sueldo y de salario mínimo de Arizona en los empleadores principales como WalMart, hay movimiento hacia la recuperación y un sueldo más alto, pero no es tan fácil como parece.
El mes pasado, el mayor comerciante del mundo, WalMart, anunció que medio millón de sus trabajadores recibirán un aumento de sueldo de $9 la hora en abril y de $10 para febrero del 2016.
El salario mínimo federal es de $7.25 la hora y 29 estados pagan un salario mínimo más alto. Arizona es uno de ellos, aumentando el salario mínimo a $8.05. Pero para muchas personas, $8.05 simplemente no es suficiente.
Durante más de 15 años, Muñoz limpiaba casas en Tucson. Ella mantiene a su familia de tres y recientemente fue despedida.
“Cuando yo estaba trabajando, el dinero siempre fue escaso. Vivía de cheque a cheque sin fondos adicionales para comprar ropa nueva o ir de vacaciones. No recibo ningún apoyo aparte de mí, ni siquiera por parte del estado, dijeron que ganaba demasiado para obtener ayuda para cosas como la comida”, dijo Muñoz.
Cuando Muñoz comenzó como empleada de limpieza, ganaba salario mínimo y poco a poco llegó a ganar $11.50. Ahora Christina utiliza cheques de desempleo para mantenerse”.
“La empresa con la cual yo hacía limpieza, me dijo que iban a empezar a hacer las cosas de manera diferente, y dijeron que iba a ser despedida”, dijo ella. “Creo que simplemente no querían pagarme más del salario mínimo y por eso me despidieron”.
“El dinero es escaso, pero la vida no es imposible. No hay dinero para diversión y cosas innecesarias de la vida, pero eso está bien por ahora”, dijo Muñoz. “Afortunadamente, no tengo tarjetas de crédito ni pagos de automóvil, así que trato de ahorrar y mantener un presupuesto tanto como pueda”.
Dr. Dennis Hoffman, profesor de la Escuela de Administración de Negocios W. P. Carey (W. P. Carey School of Business) de la Universidad Estatal de Arizona (Arizona State University), dice que aunque el salario mínimo no es un salario digno, hay mayores consecuencias que enfrentan los empleadores al aumentar los salarios.
“El salario mínimo no está destinado a sostener a una familia, y mucho menos ayudar a llevar un estilo de vida cómodo”, dijo Hoffman. “Ganar el salario mínimo es un gran trabajo para alguien en situación de transición, pero no para vivir una vida entera”.
Según Hoffman, hay dos tipos de personas que ganan el salario mínimo. El primero es un miembro de la familia tratando de mantener a su familia. Lo más probable es que sean miembros de una familia joven y están en un nivel socioeconómico bajo. El segundo, es un individuo entre un trabajo y otro, que probablemente va a la escuela y utiliza este tipo de empleo para la transición hacia algo mejor. Un estudiante universitario es un buen ejemplo de esto.
“Si se impone un aumento de sueldo, la posibilidad de perder su trabajo es mayor debido a que muchas veces los empleadores no pueden ofrecer ambos precios y salarios competitivos”, continuó Hoffman.
“Los empleadores tienen que estar atentos de los efectos sobre cuántos puestos de trabajo se pierden al provocar un aumento de sueldo. Sospecho que WalMart ya no tendrá los precios más bajos, debido a su nuevo aumento de sueldo”, dijo él.
Hoffman dijo que el nuevo aumento de sueldo de 10 por ciento en WalMart, es una señal que WalMart cree que necesita trabajadores de mayor calidad y que no puede retenerlos al nivel inferior.
“Claro, el aumento de sueldo de WalMart provocará cambios en Arizona. Los negocios quieren seguir competitivos. Estamos recibiendo señales en el mercado de que la gente está empezando a cambiar a un mercado más equilibrado”, dijo Hoffman. “Desde el 2009, la gente ha estado con miedo, quieren mantener su empleo, pero si uno no da aumentos de sueldo ni trata a sus empleados bien, se van”.
Entonces, ¿estarán mejor con los salarios más altos? Hoffman dice que absolutamente, pero sólo si esas personas conservan sus puestos de trabajo.
Él dice que si la gente tiene que trabajar más duro y hacer más horas de trabajo, un aumento de sueldo no vale la pena. “Imagínese a los camareros como ejemplo”, continuó, “su estación de trabajo normal probablemente es como cuatro o cinco mesas, pero después de los ajustes de sueldo, hay siete u ocho mesas y un aumento de horas”.
Algunas personas piensan de manera diferente. Thomas Robles, director ejecutivo de la organización Living United for Change, dijo que el salario mínimo de Arizona no promueve una forma de vida digna. “No se puede vivir del salario mínimo en Arizona”, dijo Robles.
“En Arizona, un empleado que gana salario mínimo tiene que trabajar un promedio de 86 horas a la semana sólo para pagar una vivienda básica”, dijo él. “Para vivir en un pequeño apartamento, comprar alimentos y vivir una vida simple”.
Robles dijo que si los empleadores aumentan los salarios para sus empleados, beneficia a todos.
“Ese dinero se difunde hacia abajo y beneficiará a las familias de bajo sueldo y también la economía”, dijo él.
Robles también cree que un salario razonable sería entre los doble dígitos. “Ese aumento ofrece una gran cantidad de beneficios para las familias de bajo sueldo”, dijo él.
Aunque el dinero y el empleo son escasos para Muñoz, ella mantiene la esperanza. ”Mi objetivo principal es proveer para mí y para mi familia. Sólo tengo que encontrar un trabajo de mayor sueldo para que mi familia viva la vida que siempre he querido para ellos”.
Rosie de Queljoe es reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. Para ponerse en contacto con Rosie: [email protected].
Traducido por: Marilyn Zepeda/ Editado por: Natasha Moushegian
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