Hace varios años, la estudiante Mónica Luna de la preparatoria Tucson High quedó embarazada a los 16 años.
Ella fue parte del programa “Padre adolecente” o Teenage Parent en su preparatoria. Gracias a la ayuda que recibió de este programa, pudo graduarse de la preparatoria incluso un semestre antes de lo acostumbrado.
Ahora, décadas después, Luna conoce muy bien la situación que enfrentan hoy en día varios estudiantes de preparatoria, por lo cual ella está usando esa experiencia para hacer una diferencia en el Distrito Escolar Unificado de Sunnyside.
A través de una larga colaboración entre el Centro de Salud Comunitario El Rio y la preparatoria Sunnyside, el programa “Padre Adolecente” (TAPP, por sus siglas en inglés) de Sunnyside, tiene como objetivo aumentar el número de graduados y a ofrecer apoyo a las jóvenes embarazadas. TAPP es un programa para padres adolescentes independiente del Distrito Escolar Unificado de Tucson.
“La razón principal por la cual las jóvenes abandonan la escuela se debe a que quedan embarazadas”, dice Jodi Ligget, directora de polizas de Planned Parenthood (planificación de la familia) de Arizona.
“A la mayoría de estas jóvenes les va bien en la escuela antes de abandonarla. Ser madre joven y sin un diploma de preparatoria es la combinación perfecta para llevarlas a la pobreza”.
De acuerdo con una investigación realizada por el Instituto Guttmacher en el año 2013, el estado de Arizona tiene el sexto lugar de embarazos precoces en los Estados Unidos y el cuarto lugar en el abandono de estudios preparatorios.
TAPP, el único programa de su tipo en Tucson, que ofrece apoyo educativo, social y de salud a estudiantes embarazadas y padres adolecentes durante sus estudios de preparatoria. Todos los servicios se ofrecen en las instalaciones para permitir que los participantes mantengan una experiencia y un horario escolar tradicional. Existen otros programas a través de los distritos escolares de Marana y Tucson que se ofrecen en escuelas específicas para las adolescentes embarazadas.
Barb Novak, coordinadora de salud de TAPP, enfermera y partera certificada con el Centro de Salud Comunitario El Rio, ha pertenecido al programa desde su inicio en el año 1993.
“Es el programa más efectivo y comprensivo de su tipo”, dice Novak. “Vemos que menos estudiantes abandonan la escuela y los embarazos son más saludables”.
En la preparatoria Sunnyside, los estudiantes que participan en el programa TAPP tienen acceso a un coordinador de embarazo, apoyo social y educativo, y guardería infantil, entre otros recursos. Novak también ayuda a que los estudiantes tengan acceso a pruebas de embarazo, anticonceptivos y anticonceptivos de emergencia.
“Tenemos como objetivo ayudar a estos jóvenes a ser más seguros de sí mismos al tomar decisiones en general”, dice Novak. “Pero también con las futuras decisiones en relación al embarazo, a ser padres y a la salud reproductiva”.
En colaboración con el departamento de salud del condado Pima, Sunnyside tiene una clínica móvil en sus instalaciones una vez por semana para ofrecer servicios de forma discreta a los estudiantes que de otra manera no visitarían la oficina de TAPP ni irían al médico.
“Para alguien que disfruta trabajar con los jóvenes, este es un lugar estupendo”, dice Novak. “Formo parte de sus vidas todos los días”.
Otra líder influyente de TAPP es Tracy Pitts, quien se ha desempeñado como coordinadora de casos desde 1999. Ella ayuda a las estudiantes en cada aspecto de su embarazo, desde conseguir cobertura de salud, proveer apoyo emocional en general y durante los momentos de crisis, ayuda a aquellos estudiantes que podrían estar teniendo dificultades académicas, y brinda consejería sobre educación universitaria y carreras.
“Conozco cada detalle íntimo de la vida de estos estudiantes”, dice Pitts. “Algunos de los estudiantes son reservados, depende de sus antecedentes. Se necesita tiempo para ganarse la confianza de estos jóvenes”.
Una de las herramientas educativas que utiliza el programa TAPP es el muñeco “Baby Think It Over” (Bebé Piénsalo Otra Vez). Este muñeco computarizado requiere que los estudiantes cuiden de él como si fuera un bebé real. Llora cuando tiene hambre, cuando se le necesita cambiar de pañal, o cuando tiene que eructar. Lo hace varias veces durante el día para que los estudiantes tengan una idea más realista sobre lo que implica el cuidado de un bebé.
TAPP también anima a que los padres se involucren en el proceso, aunque estén o no estén con su pareja.
“En este momento tenemos un total de seis padres inscritos en el programa”, dice Pitts. “Eso es un récord. Ellos están involucrados activamente para absorber la información”.
Aunque Sunnyside ofrece Family Life Education (Educación para la Vida Familiar) como parte de las clases de salud del currículo escolar, este no constituye una forma integral de educación sexual. Más bien, utiliza el método orientado a la abstinencia, el cual no incluye educación acerca de anticonceptivos.
Por el contrario, los estudiantes de TAPP toman un curso sobre cuidados prenatales y otro sobre la crianza, y reciben crédito por estos cursos. Según Pitts, el objetivo es ayudar a estas estudiantes a tener un embarazo saludable y asegurar que se gradúen.
Como beneficio adicional para los estudiantes en el programa TAPP, Sunnyside tiene en sus instalaciones una guardería con licencia estatal para bebés de hasta un año. Animan a las jóvenes en el programa que regresen a la escuela dos semanas después del parto si es que no hay alguna complicación para ellas o para el bebé.
Los servicios de guardería infantil son gratuitos para la mayoría de los estudiantes a través de becas de First Things First, un consejo estatal que ofrece financiamiento a programas que promueven el desarrollo saludable de los niños. Si el estudiante no califica para una beca, paga $3 dólares al día. Sin embargo, se requiere que los estudiantes que forman parte del programa mantengan buenas calificaciones y buena asistencia para usar los servicios de la guardería infantil.
Estudiantes auxiliares certificados para brindar primeros auxilios le ayudan a dos empleadas que llevan muchos años en la guardería a cuidar a los bebes en un ambiente activo. Es obligatorio que los padres pasen su hora de almuerzo en la guardería para cambiar de pañales y darles de comer a los bebés mientras ellos también comen, para de esa manera enseñarles a organizar su tiempo.
En los últimos cinco años, el programa TAPP ha tenido un promedio de 148 participantes por año. Incluyen muchachas embarazadas y muchachos que serán padres. También ofrece servicios de prevención para alrededor de 250 estudiantes al año.
La coordinadora del programa Mónica Luna, está involucrada en cada etapa del proceso: da las clases de cuidados infantiles y prenatales para los padres, se coordina con los otros empleados y trabaja con estudiantes que estén confinados a sus hogares y que no pueden regresar a la escuela inmediatamente después del parto. Además, cada estudiante de Sunnyside inscrito en el programa TAPP va a su salón principal con ella, algo que garantiza contacto constante.
“Afortunadamente, estoy al frente de una organización que funciona muy bien”, dice Luna. “La prevención es el objetivo principal de este programa. Si las estudiantes quedan embrazadas, el objetivo se convierte a ‘tenemos que ayudar a este individuo a que se gradúe’”.
Luna habla abiertamente de su experiencia de embarazo en la adolescencia con sus hijos, y explica cómo se siente tener un hijo mientras se estudia en la preparatoria. Ella quedó embarazada de gemelos a los 18 años aunque usaba anticonceptivos.
“Me convertí en parte de las estadísticas que indicaban que si eres padre adolecente, puedes quedar embarazada de nuevo dentro de dos años”, dice. “Asusto a los estudiantes con esa historia”.
Regresó a los estudios alrededor de los 30 años para convertirse en una profesora después de haber trabajado como secretaria para el Centro Médico de la Universidad de Arizona por más de una década.
“Cuando me recibí, solicité el puesto para enseñar bajo el programa de TAPP en los distritos de Sunnyside y TUSD porque sabía que el programa fue lo mejor que me sucedió a mí. Por el me gradué un semestre antes”, dice Luna.
No obtuvo el puesto en aquel entonces, y en su lugar trabajó como profesora de español por 11 años mientras que también daba clases de educación de padres en la Universidad de Arizona (UA). Ella trabajó también como una doula (partera) ayudando a mujeres a que dieran a luz.
A través de su trabajo con la comunidad, dio una clase que enseña sobre el embarazo saludable, en la preparatoria Sunnyside donde conoció a Novak. Cuando el exdirector de TAPP anunció su retiro, Novak llamó a Luna, quien ni siquiera estaba en busca de empleo en ese momento.
“Este es el trabajo con el que soñaba”, dice. “Pero tuve que cerrar el círculo y pasar por esta experiencia tan loca para llegar a donde estoy”.
Luna invita a presentadores para que platiquen con los estudiantes de TAPP sobre temas como la depresión postparto y la importancia de las vacunas. Ella menciona que invita a todo orador que sea especialista en un tema y que pueda explicar a un nivel más a fondo.
El distrito escolar Sunnyside también tiene programas de TAPP disponibles en la preparatoria Desert View y el centro académico S.T.A.R., una escuela para estudiantes que aprenden mejor a través de métodos no tradicionales, que necesitan más tiempo con los profesores, o que bajo ciertas circunstancias, no puedan asistir con regularidad a la preparatoria Desert View. Aunque las dos escuelas tienen enfermeras en el lugar, Pitts y Novak visitan Desert View dos veces por semana y dos veces al mes a S.T.A.R. para ofrecer servicios a los estudiantes.
Actualmente, están inscritos 28 estudiantes que están embarazadas o que son madres en la preparatoria Sunnyside. La escuela Desert View tiene 17 y la escuela S.T.A.R tiene 29.
“Procuro darles más atención a los estudiantes de S.T.A.R. ya que al estar en esta escuela es una opción alternativa y esta es su última oportunidad para graduarse,” dice Luna. “Creo que son los que necesitan más información y apoyo si están embarazadas o si son padres”.
A pesar de que ella piensa que el programa ya funciona con eficacia, busca el poder implementar nuevas ideas y, finalmente, seguir adelante.
“Tengo como plan jubilarme de esta posición”, dice Luna, riéndose. “Pero eso será en un futuro lejano.”