Un científico de Arizona está dirigiendo un equipo que ahora está a un paso más cerca en encontrar los componentes para la vida en el espacio.
Ian Crossfield, un astrónomo en la Universidad de Arizona, está dirigiendo un grupo de científicos de todas partes del mundo quienes el mes pasado descubrieron un pequeño planeta que está en la zona derecha de su estrella donde pudiera existir el agua.
El día 6 de enero, Erik Petigura, un estudiante de posgrado en la Universidad de California (UC), Berkeley estaba estudiando datos recopilados por la Misión del Telescopio Espacial Kepler de la NASA utilizando un programa que él diseño para rastrear los cambios en el brillo estelar. Descubrió que una estrella enana roja mostró tres cambios diferentes en su brillo, llevándolo a creer que tres planetas estaban en órbita cercana a la estrella y cruzando frente a ella durante su órbita, periódicamente obstruyendo parte de la luz estelar. Después de investigar más, Crossfield comprobó que habían descubierto un nuevo sistema planetario.
Mientras la estrella, llamada EPIC 201367065, es apenas el vecino más cercano del planeta Tierra, posicionándose a más de 35 veces más lejos que nuestra estrella más cercana, Próxima Centauri el cual es menos de cinco años luz de distancia, ésta estrella enana-M es una de las estrellas más cercanas que sabemos que tiene planetas que crucen la estrella desde la posición de la Tierra.
Lo que hace este descubrimiento tan significante es que el más pequeño de los tres planetas, pueda ser el más cercano de tamaño del planeta Tierra en la zona habitable que conocemos hasta la fecha, dijo Petigura.
El Telescopio Espacial Kepler, el cual orbita la Tierra, fue diseñado para estudiar el universo y encontrar exoplanetas que sean similares a la Tierra que existan en las zonas habitables de sus planetas. Esta zona, también conocida como la “Zona ricitos de oro”, es el área que rodea una estrella donde las condiciones están justas para que el agua líquida pueda existir en la superficie de un planeta. Según Petigura y Crossfield, el planeta más pequeño que es aproximadamente 1.5 veces del tamaño de la Tierra y tiene una órbita de aproximadamente 30 días, podría estar en esta zona.
“También esperamos observar los planetas usando el Telescopio Espacial Hubble y empezar a medir de qué podrán estar hechas sus atmósferas,” dijo Crossfield. “Es una segunda confirmación para ver si sus atmósferas están hechas principalmente de hidrógeno o de otras moléculas para poder empezar en averiguar cómo podrían ser las condiciones allí”.
Cuando un planeta pasa por enfrente de una estrella, cubre parte de la luz, llevando a cabo una caída de brillo que se registra por los astrónomos. Cuando esto se observa a diferentes longitudes de onda de luz, los astrónomos pueden usar un método conocido como espectrografía para determinar qué moléculas están presentes en la atmósfera. El agua, por ejemplo, se observa mejor por el espectro infrarrojo de luz, dijo Travis Barman, un profesor adjunto de la Universidad de Arizona quien también estuvo involucrado en la investigación.
Mientras encontrar rastros de agua en las atmósferas de estos nuevos planetas puede ser un descubrimiento interesante, los astrónomos temen que la gente vaya a suponer que el planeta que está en la zona habitable contenga vida. “Es fácil obsesionarse con la palabra ‘zona habitable’ y empezar hablar sobre la vida, pero todavía no sabemos todos los detalles que se necesitarían para dejar que la vida se forme y florezca,” dijo Barman.
“En cambio, podemos empezar en aprender sobre la diversidad de las propiedades atmosféricas de los planetas en la zona habitual”.
Un factor que influye la ubicación de la zona habitable es el tipo de estrella que los planetas estén orbitando, especialmente refiriéndose al brillo de la estrella, dijo Berman, estos tres planetas orbitan una estrella enana-M, lo cual significa que la estrella es más chica y más fría que el sol. A causa de esto, los planetas tienen que estar más cerca de la estrella para tener una temperatura “agradable” en la superficie, dijo Crossfield. Las propiedades atmosféricas de los planetas también pueden cambiar las temperaturas de la superficie de los planetas, afectando el alcance de la zona habitable. Poe ejemplo, la atmósfera de la Tierra crea un efecto invernadero que cambia la temperatura en la superficie, lo que significa que la distancia del sol no es el único influyente de la temperatura en su totalidad, dijo Berman.
“La tierra tiene un buen ciclo regulador que implica actividad geológica y mantiene los gases del efecto invernadero al nivel adecuado para mantener nuestras temperaturas cómodas y para que un planeta que no tenga actividad geológica pueda afectar lo estable que puedan ser esas temperaturas,” dijo Berman. “La vida es una cosa muy delicada entonces las cosas tienden ser perfectas.”
Cuando el Telescopio Espacial Kepler fue lanzado en el 2009, su principal objetivo era en encontrar y explorar diferentes sistemas planetarios por el universo. Para hacer esto, el telescopio espacial necesitaba ver una gran cantidad de estrellas para rastrear los cambios en el brillo y ver si las estrellas tenían planetas orbitando a su alrededor.
Inicialmente, Kepler encontró más de 1,000 exoplanetas de varios tamaños, algunos estaban en o cerca de zonas habitables de sus estrellas, de acuerdo con NASA. Aunque Kepler ha encontrado muchos planetas, muchos de ellos son grandes y semejantes a Júpiter en su tamaño, ya que son más fácil de encontrar. Los planetas del tamaño de la Tierra, aun se han encontrado, pero muchos de ellos no están en la zona habitable o si acaso lo están, están demasiado lejos para realizar una investigación a fondo. Este encuentro es significante porque uno de los planetas es del tamaño del planeta Tierra, está cerca de la zona habitable, y lo suficientemente cerca para una investigación a fondo, un estudio atmosférico dijo Crossfield.
“[Este descubrimiento] es emocionante por lo menos por dos razones: la primera es porque K2 está funcionando y está encontrando estos sistemas alrededor de enanas-M pequeñas que esperábamos en encontrar, entonces eso significa que podemos esperar en encontrar mucho más en estos próximos años,” dijo Crossfield. “También es emocionante porque con este sistema en particular, los planetas deben ser muy buenos para seguir observando… para estudiar sus atmósferas para saber de qué están hechas.”
Michaela Kane es una reportera para Arizona Sonora News, un servicio del Colegio de Periodismo con la Universidad de Arizona. Póngase en contacto con ella al [email protected]
Traducido por Esmeralda Ceceña/Editado por Mariah Swickard
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