El asma, una enfermedad crónica pero controlable, afecta a más de 600.000 residentes de Arizona, con aproximadamente 80 muertes cada año, según la Coalición de Asma de Arizona (Arizona Asthma Coalition).
Hay aproximadamente 120.000 niños con asma en Arizona y el asma ha causado 3.000 hospitalizaciones cada año, costándoles millones de dólares en gastos médicos a los residentes de Arizona, según el Centro de Ciencias de la Salud de Arizona (Arizona Health Sciences Center) en la Universidad de Arizona.
Las cifras no son tan altas comparado con el cáncer y los infartos, pero para una condición médica que puede ser controlada sí están altas, dijo Judy Harris, directora de Breathmobile en el Hospital Infantil de Phoenix (Phoenix Children’s Hospital).
Breathmobile es una clínica móvil de asma auto-contenida que provee enseñanza y tratamiento para niños con asma.
El asma se conoce como la enfermedad crónica más común de la infancia. Más de 6 millones de niños están diagnosticados con asma en los Estados Unidos. Esto causa un aumento en las asuencias a clase y al trabajo.
La Coalición informa que aproximadamente 1 de cada 10 adultos en el condado de Yuma tiene asma, y los datos del 2001 muestran que un 6.5 por ciento de niños reciben tratamiento por el asma cada año. Las personas que viven en áreas urbanas y rurales de Arizona también han dicho ser afectados por el asma.
En el 2003, el porcentaje nacional de niños que recibieron atención médica por el asma fue de 4 por ciento, pero en el condado de Maricopa el porcentaje fue más alto – un 6 por ciento. En el 2005, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention) informaron que hubo 14 millones de días escolares perdidos por causa del asma.
El asma ocurre cuando hay inflamación en la vía respiratoria, lo cual resulta en vías respiratorias más angostas para el transporte de oxígeno a los pulmones. El asma puede causar opresión en el pecho, falta de respiración y tos, además de periodos de sibilancias, un sonido sibilante al respirar.
Aún existe mucha incertidumbre y muchas preguntas no resueltas con respecto al asma, dijo Harris.
“Con nuestros esfuerzos de investigación y tecnología deberíamos saber más sobre el asma pero aún no tenemos muchas respuestas importantes”, dijo Joe Gerald, profesor adjunto de administración de salud pública en la Universidad de Arizona.
“Las dos cosas importantes que aún estamos tratando de averiguar es la causa exacta del asma y porqué algunos niños tienen sibilancia a temprana edad y nunca más o porqué algunos tienen sibilancia más tarde”.
En los menores, el asma es más común en los niños que en las niñas para edades de 14 años o menos, pero después de la pubertad las proporciones cambian, y el asma ocurre más en las niñas que en los niños.
“Esa es otra cosa que los expertos médicos están tratando de averiguar”, dijo Gerald. “No se sabe mucho sobre la causa pero sí entendemos más sobre los factores que provocan los ataques del asma y la manera en que son expuestos los pulmones.”.
Se pueden desencadenar los ataques de asma por la irritación o por la alergia al polvo, al moho, al humo y a los olores fuertes en el ambiente, dijo Harris.
“Si son el clima frio y la humedad lo que provocan el asma de alguien entonces le va a ir mejor en Arizona de cualquier manera pero si son alérgicos al césped no hay mucha diferencia aquí”, dijo Harris.
La prevalencia del asma aumentó en Arizona de un 11 por ciento en el 2000 a un 12 por ciento en el 2003, según el Departamento de Servicios de la Salud de Arizona (Department of Arizona Health Services). A más de 390.000 adultos en Arizona se les diagnosticó asma.
La duración típica de una hospitalización debido a un ataque de asma en Arizona es más o menos de cuatro días. Se gasta un promedio aproximado de $20,185 en cada hospitalización y un total de $650 millones de dólares para todas las hospitalizaciones, los según Servicios de la Salud (Health Services). La mayoría de las hospitalizaciones fueron de personas caucásicas e hispanas/latinoamericanas en Arizona.
Para ayudar a tratar el asunto de la prevalencia del asma en los niños, la Escuela de Salud Pública de Mel y Enid Zuckerman (Mel and Enid Zuckerman College of Public Health) en la Universidad de Arizona trabajó en conjunto con la Asociación Americana Pulmonaria (American Lung Association) en Arizona y con 20 escuelas del distrito unificado de Tucson para implementar un programa de asma supervisado en las escuelas primarias por primera vez.
“Trabajar junto con las escuelas es una manera más eficiente para alcanzar a los niños y asegurar la asistencia escolar”, dijo Gerald.
El programa divide a las 20 escuelas en dos grupos; 10 de éstas están en la categoría de intervención inmediata, en el cual se evalúan a los estudiantes para el control del asma y reciben el medicamento inhalado que les corresponde. Las otras 10 escuelas están en la categoría de intervención demorada, en el cual observan a los estudiantes y al fin del año escolar los dos grupos se comparan para ver cuántos incidentes de asma y cuántas visitas de hospital hubo.
“Lo que esperamos es que demuestre que los estudiantes que fueron colocados en el grupo de intervención inmediata y cuyo medicamento fue supervisado por la escuela tendrán menos problemas de asistencia escolar”, dijo Gerald. “Nuestro objetivo es ayudar a los estudiantes que corren mayor riesgo”.
Las escuelas fueron identificadas por características demográficas tal como bajo nivel socioeconómico y una alta cantidad de estudiantes de minoría étnica.
El medicamento se les dona a las escuelas por Merck Sharp & Dohme Corp, y los inhaladores permanecen en la escuela para asegurar que se cuiden adecuadamente y que no se pierdan. Se realizó este estudio por primera vez en Birmingham, Alabama, y demostró una reducción en los síntomas de asma y las ausencias en la escuela.
“Lo que estamos tratando de hacer es ver si lo que funcionó principalmente en un ambiente afroamericano, funcionará en un ambiente principalmente hispano/latinoamericano”, dijo Gerald.
El programa es gratis para los estudiantes. Los estudiantes que están en la intervención demorada participarán el próximo año, dijo Gerald. A cada estudiante se le receta la dosis apropiada y la enfermera de la escuela lo controla.
“Creemos que es un buen programa para ambos la Universidad de Arizona y la misión de la Escuela de Salud Pública (College of Public Health) para proveerles servicios a las comunidades desafortunadas pero también creemos que va hacerles bien a los niños para que sean más saludables, más felices y más productivos”, dijo Gerald.
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Yara Askar es reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. Póngase en contacto con ella por [email protected].
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Traducido por Natasha Moushegian / Editado por Mariah Chloe Swickard