Traducido por Javier Aispuro
Tanto los supremacistas anglosajones como los grupos de odio ahora usan el internet como foro para publicar sus ideologías con personas de ideas afines. Y lo hacen de forma anónima.
Bombislam.com es una comunidad en línea donde las personas tienen la libertad de publicar su discurso de odio hacia los musulmanes, los judíos y cualquier otro grupo que no les guste. Al hacerlo, plantea cuestiones éticas en internet, especialmente cuando ese discurso es anónimo.
El sitio web basado en Arizona es un foro para el grupo alt-right que ha ganado más de 200,000 visitas y continúa creciendo. Sin embargo, el creador del sitio web ha permanecido en el anonimato desde el 2005. Esto se ha convertido en algo común para los sitios de incitación al odio, ya que los supremacistas anglosajones quieren difundir su mensaje, pero se niegan a revelar sus verdaderas identidades.
El contenido del sitio web incluye videos de gente destrozando libros del Corán, protestando contra el Islam y ataques violentos contra los musulmanes. Un video popular en el sitio muestra a un grupo de supremacistas anglosajones cantando, “El Islam es un cáncer, las armas nucleares son la respuesta”, mientras sostienen carteles que comparan el símbolo islámico de la media luna con una esvástica.
Un bloguero preocupado, Scott Carney, de Denver, Colorado, descubrió el sitio web después de que el creador comentó en una de sus publicaciones en el blog. “Realmente no me gustaban estos tipos. Pensé en escribirles un pequeño mensaje diciendo que eran idiotas, pero pensé que involucrarlos en un debate abierto sería inútil”, comentó Carney.
En cambio, Carney decidió quitar el sitio web. “El autor del comentario, Brian, fue el anfitrión de BombIslam.com, que comparó a la población mundial de musulmanes como un grupo del VIH que solo podría curarse con bombas de hidrógeno y TNT”, dijo Carney. Sin embargo, Brian no tenía ninguna otra información de contacto y también había estado bajo el nombre de Robert.
El internet no tiene reglas claras o establecidas contra el discurso de odio, que es la razón principal por la cual estos sitios web siguen existiendo. La mayoría de los sitios anfitriones no se dan cuenta de que son el hogar de estos foros de odio y deben ser alertados antes de que hagan cualquier cosa para derribar el sitio web.
El anonimato no ha sido común en los medios impresos tradicionales. Terry Wimmer, profesor de la Universidad de Arizona que testifica con frecuencia en casos de difamación que implican el anonimato, dice que la rendición de cuentas se reduce a la responsabilidad. “No se podría escribir una carta al editor que fuera anónima. Los editores requerían nombres, direcciones y números de teléfono para que pudieran verificar que la persona que lo escribió realmente lo haya escrito. Aseguró cierto sentido de responsabilidad para la persona que lo escribió”.
Cuando los periódicos y otros medios de comunicación comenzaron a abrir foros para el debate, descubrieron el problema de las personas que publican de forma anónima. “La gente puede llamar a alguien cobarde y usar el nombre que quiera para no tener que rendir cuentas”, comenta Wimmer. Ahora muchas salas de redacción han cerrado su sección de comentarios debido al problema del anonimato.
“En teoría, creo que las personas deberían ser responsables de sus palabras y sus acciones”, manifestó Wimmer. “Deberíamos exigir saber quién dice qué. ¿De qué otra forma podemos ser justos?”
M. E. Kabay, profesor de informática de la Universidad de Vermont en Norwich, estudia las consecuencias sociales y legales del anonimato en el ciberespacio.
“Creo que el uso de anonimato o seudónimo aísla a las personas de las consecuencias de sus acciones, ya sea un delito como la amenaza de violencia o una difamación la cual se puede llevar a un tribunal civil”, dijo Kabay.
“El anonimato los protege contra las restricciones legales del discurso de odio en los Estados Unidos, así como en otros países, por lo que están protegidos del enjuiciamiento”, continuó.
El discurso de odio no es ilegal en los Estados Unidos, pero los usuarios se sienten cómodos publicándolo en línea porque no se hacen responsables de sus acciones. “La mayoría de las veces el anonimato no se usa para proteger a las personas de las actividades ilegales, sino de lo que perciben como actividades inmorales”, dijo Kabay.
Sin embargo, las personas creen que pueden ser anónimos. “Es un mito”, dijo Kabay. “Hay muchas maneras de rastrear a personas supuestamente anónimas que usan el mismo equipo de cómputo”.
Este seguimiento utiliza un análisis forense que puede rastrear las direcciones IP a su fuente de origen. Esta es también la forma en que Carney pudo rastrear al creador de bombislam.com
“Inicié su URL en la base de datos WhoIs con la intención de averiguar quién registró el sitio. Para mi sorpresa, quienquiera que sea Brian, no quería dejar sus datos de contacto. Sin embargo, descubrí que estaban ubicados en algún lugar de Arizona y estaban usando un proveedor de servicios llamado Tucows para alojar su espacio web “, dijo Carney.
Carney decidió ponerse en contacto con Tucows para alertarlos del discurso de odio, pero también para hacerles saber que Brian iba en contra de las pautas federales al no proporcionar toda su información de contacto. El sitio finalmente se cerró (para luego volver a subir) y la verdadera identidad de Brian todavía no se ha descubierto.
Recientemente, diferentes versiones del sitio web de bombislam han aumentado y otros sitios y foros circulan por Internet. Pero continúan siendo considerados no responsables.