El potente río San Pedro al sureste de Arizona y al norte de México ha sobrevivido sequias, inundaciones, incendios y guerras, más sin embargo ¿podrá la propuesta dela Administración de Trump para construir un muro en la frontera entre los EE.UU. y México, crear una amenaza para uno de los últimos ríos sin barreras en los Estados Unidos?
El río fluye al norte fuera de México y a través de la frontera hacia los Estados Unidos cerca de Hereford. El río contiene una abundancia de cultura, un registro ecológico e histórico, y sustenta a las pequeñas comunidades que han surgido a lo largo de la orilla del río. También afecta el área ribereña, hogar de más de 250 aves migratorias y más de 100 especies de aves reproductoras, incluso el cuco de pico amarillo. El área ribereña de San Pedro también es el hogar de 84 especies de mamíferos como los jaguares, tejones, castores y murciélagos.
Es aquí en el sur de Arizona donde las preocupaciones sobre los impactos ambientales de un posible “muro” en el río están aumentando.
Jacob Petersen-Perimen, analista de investigación para el Programa de Evaluación de Acuíferos Transfronterizos (Transboundary Aquifer Assessment Program) en el Centro de Investigación de Agua de la Universidad de Arizona, comentó que construir un muro en el río “podría ser un gran problema”.
“Sin embargo, creo que algo todavía más importante es la vida silvestre, más que el agua misma”, manifestó. “Creo que es lo que se considera como un impacto mayor”.
Petersen-Perlman no es el único que se preocupa por la vida silvestre en el área, suponiendo que la construcción de un muro en la frontera ocurriera. Robert Weissler, presidente de Friends of the San Pedro, comentó que el cerco actual le prohíbe a la vida silvestre cruzar la frontera en algunas áreas, por ende, un muro dificultaría la migración de la vida silvestre a través de la frontera.
“Existen por lo menos tres tipos de cerca fronteriza aquí”, Weissleer comentó. “Uno es un tipo de postes de 20 pies de altura que se hunden con un hincado de pilotes. Esos postes tienen una brecha, pero es lo suficientemente ancha para que quepa una persona, pero para la vida silvestre pequeña, ellos sí caben. Así que si tenemos que tener un “muro” en vez de eso es cuestionable”.
En los últimos años, avistamientos de jaguares se han vuelto más comunes en el sur de Arizona, como su hábitat se extiende desde el norte de México hacia el sur de Arizona. Justamente la semana pasada el avistamiento de un jaguar fue reportado en el área. “¿Cómo llego ahí? Pudo haber subido por el río San Pedro y después por uno de los arroyos y haber seguido hacia las montañas”, explicó Weissler. “Así que, si se construye un muro, obviamente los animales más grandes como los jaguares serán excluidos”.
Petersen-Perlman señaló al Río Rojo en Minnesota, donde creció, para demonstrar el poder que tiene el agua de hacer su propio camino. Recordando los grandes diques y muros construidos a lo largo del Río Rojo para contener las inundaciones de primavera. Petersen-Perlman dijo que las barreras funcionaron durante algún tiempo, pero finalmente dio paso a inundaciones masivas en el área de Grand Forks, Dakota del Norte y el Este de Grand Forks, Minnesota, cuando el agua sobrepasó los muros construidos para proteger las ciudades. Petersen-Perlman comentó, “cada vez que se construye infraestructura, sobre todo alrededor del agua, simplemente va a ver momentos en que la naturaleza va a ganar”.
Petersen-Perlman también se refirió al desastre de inundación en Nueva Orleáns cuando pasó el huracán Katrina en el 2005, otro ejemplo de cómo el agua sobrepasa a través de los diques, muros y barreras construidas para mantener el agua fuera del área. Petersen-Perlman comentó que la clave para evitar que estas estructuras sean dominadas por la naturaleza es mediante un mantenimiento regular. “Esa es una de las cosas que será interesante escuchar si construyen este muro, ¿cuáles son los planes para el mantenimiento?”
Aunque el muro puede crear una barrera física para el flujo del río y la migración de la vida silvestre, Petersen-Perlman opinó que el aspecto político del muro puede ser la mayor amenaza para el río, y para las agencias de ambos lados de la frontera que colaboran en los esfuerzos para proteger el canal.
“Este muro y la política hacen que nuestro trabajo sea más difícil”, comentó. “No es como que la gente de nivel superior en México esté tan entusiasmada de cooperar con los Estados Unidos cuando se propone algo como esto. Así que definitivamente es algo que estamos observando de cerca para ver cómo esto afecta nuestro propio trabajo acá”.
Petersen-Perlman no está sólo en sus preocupaciones en preservar el flujo perenne de San Pedro y el hábitat ribereño que se ha disminuido durante las últimas décadas debido a una serie de factores. Weissler comentó: “No queremos que a este río le suceda lo que le sucedió al río de Santa Cruz en Tucson”.
Weissler dijo que Santa Cruz era una vez un río perenne que tenía agua fluyendo durante todo el año y áreas ribereñas como San Pedro. Pero el bombeo excesivo de agua subterránea y la bajada de la capa freática hicieron que Santa Cruz se convirtiera en un arroyo seco, relató Weissler, solo fluyendo después de fuertes lluvias de monzón o de invierno.
Para evitar que esto le suceda a San Pedro, Weissler y la organización de Friends of the San Pedro han concentrado sus esfuerzos en dos temas: la condición de la superficie del paisaje en la Área Nacional de Conservación de la Ribereña de San Pedro (San Pedro Riparian National Conservation Area, SPRNCA por sus siglas en inglés) y el acuífero que alimenta los flujos de base del río en ausencia de eventos de precipitación.
Weissler dijo que la condición de la superficie del río ha mejorado dramáticamente desde que quitaron el ganado de la mayoría de las áreas del campo de conservación a finales de 1980. También comentó que el éxito reproductivo de las aves ha mejorado dramáticamente en el área ribereña. “La mayor parte de esta restauración superficial está simplemente dejando que la naturaleza repare el río durante décadas”, manifestó Weissler.
Aunque la superficie del río está en muy buenas condiciones, siempre hay problemas con los que toca lidiar, que tienen un impacto en el futuro del río.
“Las batallas sobre las aguas subterráneas dominan los titulares localmente en los últimos años”, dijo Weissler. “Los desarrollos residenciales planificados que aumentarían el bombeo de agua subterránea en la cuenca, amenazan el acuífero que sostiene el río, sin mencionar los pozos de los residentes actuales”.
La posibilidad de un muro fronterizo sobre San Pedro sería solo uno de los muchos obstáculos que el río inevitablemente encontraría una forma de superar.
“Por supuesto, no se puede colocar un muro directamente en el río”, señaló Weissler. “El muro/la cerca de la frontera actual es de aproximadamente 20 pies de altura, pero termina antes de que llegue al río y es substituida por una barrera de estilo de Normandía hasta el canal del río. El canal en sí está abierto, porque cualquier obstáculo en el río será simplemente arrastrado durante las lluvias monzónicas del verano”.
Incluso grandes maravillas de la ingeniería como la Gran Muralla de China y el Muro de Berlín nunca cruzaron ningún río. La Gran Muralla de China fue construida paralelamente al Río Amarillo en algunas áreas, y a veces no había muro en absoluto, solo el Río Amarillo marcando la frontera. Si el muro se volvía perpendicular al río, el muro simplemente se detendría en el río, y luego volvería a empezar al otro lado del río.
Entonces, ¿cómo se construye un muro sobre un río? Según Weissler, “la respuesta es que no lo haces. El agua tiene que ir a algún sitio a menos que estés planeando construir una presa que tiene muchas otras consecuencias”.
Taylor Dayton es una reportera para Arizona Sonora News, un servicio de la Facultad de Periodismo con la Universidad de Arizona. Lo puede contactar en [email protected]
Traducido por Joane Willey