BISBEE – Bill Mckay pasó a Optimo Custom Hatworks para recoger su nuevo sombrero. S. Grand Sergot tenía listo el sombrero adecuado y personalizado. Se aseguró que le quedará y después le mostró al hombre proveniente de Sierra Vista cómo ponérselo adecuadamente. Uno simplemente no se pone un sombrero de $1,000 en la cabeza.
“Toca cuidarlo como si fuera una cámara o unos lentes”, exclamó Sergot. “Mantenlo lejos de tus amigos. Si mantienes a tu sombrero y a tus amigos por separado, te quedarás con ambos”.
Para los hombres y las mujeres que se visten bien, nada queda mejor para su imagen que un sombrero perfectamente adecuado y diseñado. No importa si es de fieltro o paja, un sombrero es el último detalle que complementa un atuendo. Sin embargo, encontrar el sombrero perfecto es como tratar de encontrar una aguja en un pajar: una tarea para nada fácil.
Adicionalmente, las personas que practican el arte de hacer sombreros están desapareciendo. A medida que los sombrereros se jubilan, hay pocos que siguen en el negocio para remplazar a los jubilados. Hoy en día, hay cerca de 32 sombrereros en los EE.UU., según Eric Watson, dueño de Watson’s Hat Shop en Cave Greek. El señor Watson, de 33 años de edad, es uno de los artistas jóvenes que ha desempeñado este arte. Le entró el interés de fabricar sombreros cuando tan solo era un joven, después de ver su primera película de Indiana Jones.
“De niño, sólo era un pasatiempo”, mencionó Watson. “Quería encontrar un sombrero viejo en buenas condiciones, pero no pude encontrarlo y en los viejos tiempos todo era de calidad. Me enteré que los sombreros de buena calidad estaban hechos de pelaje de castor y encontré unos cuantos sombreros viejos para arreglar cuando era pequeño. De sombrero en sombrero llegaron a ser 30 los que terminé renovando. Más adelante en el camino, vendí los 30 sombreros e invertí ese dinero para dar comienzo a mi negocio”.
Sergot, un sombrero experto de 40 años de edad, afirma que quedan tres o cuatro sombrereros que “trabajan a la antigua, desempeñando la tarea como se debe”, exclamó. Incluso, aquí en Arizona todavía hay dos establecimientos donde se pueden conseguir sombreros diseñados para cada persona y Optimo es uno de estos lugares. El otro establecimiento es la tienda de sombreros Watson’s Hat Shop.
No todos los sombreros que Sergot vende son personalizados, lo cual hace una diferencia en el costo; otro factor es el material. En Optimo, los sombreros de lana y fieltro tiene un costo de $70 para arriba. Los sombreros hechos de pelaje de conejo y fieltro cuestan desde $450 para arriba. Los que están hechos de 100 por ciento castor y fieltro – hasta ahora los más resistentes – tienen de un precio de $850 para arriba.
El precio de un sombrero Panamá empieza desde $250 e incrementa dependiendo la complejidad del tejido y la calidad de la paja empleada. No obstante, algunas personas dicen que el costo de un gran sombrero vale la pena.
“Vale la pena pagar por un sombrero diseñado”, exclamó McKay.
El material decorativo, tal y como las cintas de cuero con conchas plateadas o cintas de perlas, hace que el precio aumente de cientos hasta los miles de dólares.
Sergot también se enseñó así mismo el arte de diseñar sombreros y lo descubrió por accidente.
“De hecho empecé en el Gran Cañón”, mencionó. “Tenía 22 años en 1972; estaba viviendo en una camioneta. Estaba varado en el camino hacia Supai de South Rim Village, carreteras secundarias. Con nieve de ocho pies de profundidad ese año, yo no entendía las condiciones del oeste… luego encontré un sombrero viejo de fieltro a lado de la carretera… Después me encontraba alrededor de un incendio en un bosque de enebros acompañado de un perro a cada lado, mientras que copos inmensos de nieve caían del cielo, el sombrero comenzaba a mojarse; el borde del sombrero comenzó a caerse dado a que lo húmedo hacía que se pudiera moldear. Empecé intentando escurrirle toda el agua primero de la parte delantera y de trasera con mi poncho y me di cuenta que tan buena herramienta era.
“Lancé el sombrero sobre el panel del carro cuando fui a dormir esa noche, lo cual fue una mala idea ya que al estar expuesto al sol en la mañana, se pondría muy seco, acortando el tiempo para poder moldearlo, pero entre más duro y seco, se le veía más la forma del borde que deseaba. Noté que era un tipo de arcilla tirándole a yeso; tenía una forma escultórica.
Para poder empezar una aventura con sombreros, hay que entrar a Optimo, una tienda relativamente pequeña en la calle Main Street en Bisbee, dónde los muros posteriores tienen una hilera de sombreros. Se recomienda venir con tiempo, sin embargo, tal y como Sergot mencionaba, a él le gusta comenzar con una corta introducción sobre los tipos de sombreros y materiales que hay y como estos son adaptados. Tan pronto la introducción concluye, Sergot luego se dispone a tomar medidas de la cabeza, lo resulta estar compuesto por dos pasos.
Primero, toma medidas alrededor de la cabeza con una cintra métrica, asegurándose que el sombrero sea adecuado para la cabeza del cliente. Después, se dispone a sacar un artefacto con forma de sombrero de copa alta, hecho de rayos de bicicleta en aluminio. Este artefacto lleva el nombre de conformador, y es un producto que ya se empleaba años atrás. De hecho, la mayoría de las herramientas que Sergot y Watson emplean ya no son fabricadas.
Sergot pone el conformador en la cabeza del cliente y hace presión hacia abajo, luego se dispone a retirarlo. Después abre la tapa del conformador y saca un pedazo de papel de 4 pulgadas con unos hoyos perforados en forma de óvalos, lo cual termina siendo la forma de la cabeza. La cabeza de todos no es la misma; el molde de cada quien es lo que determina el mejor estilo para el cliente. De esta manera e incluyendo la medida con la cinta métrica, le facilita a Sergot saber la medida del cliente y ahí es cuando la diversión comienza. Luego se dispone a sacar sombreros para que el cliente se los pruebe.
Este proceso no es rápido. Mckay mencionó que le tomó más de tres horas poder medir su cabeza y poder encontrar el estilo adecuado. Tuvo que escoger el color, el arco y la franja. Finalmente terminó con un sombrero fedora sin teñir, con características tales como un borde ancho y con una curva en la parte posterior. Sergot también comentó que hay gente que tiene la cabeza con forma de pepino. Este tipo de gente necesita un borde que tenga curvas por los lados. La física juega un papel importante para poder determinar el molde. Si la cabeza del cliente queda justa con el sombrero en la parte superior y posterior, los lados tendrán una forma curveada, teniendo como resultado un sombrero con estilo del oeste. Un sombrero con estilo fedora se define como un sombrero con una fijación en los lados de la izquierda y derecha de la parte delantera. Esta definición se le da a cualquier sombrero sin importar el estilo o el material, en otras palabras, un sombrero Panamá puede ser categorizado como un sombrero fedora.
Según Sergot, para empezar a fabricar un sombrero él empieza con un “sombrero en blanco”, lo que él llama un material en bruto, lo cual compra en Winchester Hat Corp. La compañía también fabrica los “sombreros en blancos” que luego se vuelven Stetsons. La banda del sombrero es cosida a mano en el interior, después Sergot lo expone a vapor y lo seca y moldea repetitivamente. Luego corta el borde a la medida necesaria y pule la superficie para darle un terminado fino a mano con una lija de 120 o un papel de lija más fino. Este parte del proceso es llevada cabo en el garaje de su casa porque cree que el polvo puede ser una molestia en la tienda.
A lo largo del proceso, Sergot emplea tipos de madera llamados bridas, para así darle forma al borde y después lo perfecciona con un peculiar pedazo de madera, hasta le encontró uso a este artefacto en forma de palo que se usaba para aplacar dinamita. Una semana después, un sombrero totalmente fabricado está listo para salir de su cadena de producción.
Sergot y Watson se enorgullecen en proporcionar un producto de calidad. Ambos se esfuerzan para complacer los gustos y especificaciones de los clientes siempre y cuando estén en el rango de producción. También trabajan con sombreros que necesitan algún tipo de reparación, ya sea limpieza, cortar o remodelar. Hay ocasiones en las que hay sombreros que necesitan una reparación completa o necesitan que les cosan una nueva franja. No obstante, el sombrero debe ser “apto” para poder repararlo.
“Se tiene que convencer al (sombrero)”, exclamó Sergot. “No se debe forzar. Toca dejar que el sombrero le diga que hacer. Y después el contenido — Ya sea pelaje de conejo, castor o si es un pelaje nuevo o uno viejo que necesite una restauración — todos los procesos son distintos, así que siempre se aprende algo nuevo. Cada uno tiene sus propios parámetros que necesitan se necesitan descifrar”.
Devuelta a la tienda, el sombrero de Mckay requería unos ajustes. El borde delantero necesitaba ser reducido un poco y he ahí cuando Sergot lo llevó a la parte de atrás de la tienda para exponerlo al vapor. Una vez que el borde estaba caliente y húmedo, Sergot moldeó el borde para darle un ángulo más elegante. Cuando Mckay se vio así mismo en el espejo con su nuevo sombrero, se rio. “Dio un jonrón”, exclamó Mckay. “Una vez vi a Willie Mays batear un jonrón en Los Ángeles, en el (Estadio Dodger). Cuando lo vi fue como ver una obra de arte. Algo parecido como cuando vi mi sombrero. Eso es lo que es sin duda. Es como si Willie Mays bateara un jonrón que saliera del parque”.
“Ahora te puedes proteger del sol”, mencionó entre risas.
Ligeramente, McKay ajustó un poco el borde hacia abajo del sombrero. Luego se retiró con una sonrisa.
“¡Estoy encantado!”, exclamó y se dirigió hacia la salida de la tienda.
Karen Schaffner es una reportera para Arizona Sonora News, un servicio de la Facultad de Periodismo con la Universidad de Arizona. Puede contactarla por kschaffn@email.arizona.edu.
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Traducido por Juan Pablo Rodriguez