Los contendientes políticos se enfrentan para conseguir atención sobre el tema de qué tan estrictas son las políticas migratorias y sobre qué se puede hacer para reformar el sistema, mientras que a diario personas en Arizona van al desierto a ofrecer ayuda humanitaria a los migrantes.
Una pareja, John y Diane Hoelter, son voluntarios con Humane Borders para ayudar a ofrecer agua a los migrantes cruzando el desierto del Sur de Arizona, el cual es un viaje peligroso que ha cobrado muchas vidas.
Según el Reporte Anual del 2014 de la Oficina del Médico Forense del Condado Pima, desde el 2001, han recibido 2,330 restos humanos recuperados de lo que se supone fueron inmigrantes indocumentados.
En el 2014, se recuperaron 129 cuerpos, la cifra ha disminuido desde que se recuperó un máximo de 223 cuerpos en el 2010.
Debido a que la mayoría de los cuerpos que se recuperan están descompuestos o son puros restos esqueléticos, el 84 por ciento han tenido causas de muerte desconocidas. El reporte mencionó que para el resto de los 20 cuerpos, la causa principal de muerte se identificó como exposición a temperaturas extremas ya sea de frio o de calor, combinado con deshidratación.
El peligro del desierto es una fuente de preocupación para los Hoelters, quienes querían tender la mano y contribuir para encontrar una manera de ayudar a reducir el número de muertes de migrantes.
“Vivimos en el mero centro de todos estos problemas fronterizos y no solamente para ser testigos sino para formar parte en estos problemas humanitarios”, dijo John. “Tal como traer agua al desierto para aquellos que la necesitan”.
Humane Borders es una organización no lucrativa que se encarga de suministrar puntos de abastecimiento de agua al rededor del desierto al sur y oeste de Tucson. Los puntos de abastecimiento de agua consisten de barriles de 55 galones con banderas azules para marcar su ubicación y hacer visible el agua de emergencia para los migrantes.
Las estaciones de agua se ponen tanto en terreno federal como estatal con permisos y también en propiedad privada con consentimiento de los dueños.
Hay un acuerdo entre la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y Humane Borders sobre el agua para que las estaciones de agua no se usen como trampas para atrapar a los migrantes.
Aunque la Patrulla Fronteriza no usa las estaciones como manera de localizar a los migrantes, Humane Borders no ofrece transportación a los migrantes que se encuentran por el desierto con la excepción de emergencias médicas extremas.
En una vuelta de reabastecimiento de agua, la pareja llevó 300 galones de agua a Sásabe, Sonora. Grupos Beta, una organización mexicana, recibió el agua, la cual se usará para ofrecer ayuda humanitaria a los migrantes a lo largo de la frontera del lado mexicano.
El trabajo que se está llevando a cabo por medio de Humane Borders y los Hoelters puede ser controversial especialmente para aquellos que viven a lo largo de la frontera con diferentes ideales e intereses políticos.
Durante el viaje hacia Sásabe, Sonora, John contó historias sobre como ambos lados divididos por el tema de la inmigración los enfrentan y les dicen sus opiniones sobre el trabajo que ellos hacen.
“Nos hemos encontrado con personas que claramente se oponen a lo que estamos haciendo”, dijo John.
Una de esas personas fue un hombre desconocido que pasaba junto a ellos regularmente en uno de sus viajes de reabastecimiento de agua en el desierto. Cada vez que el hombre miraba a John y a la camioneta de Humane Borders les paraba el dedo, pero John dijo que él simplemente lo saludaba.
Algunas personas son más agresivas. En un incidente un hombre reprendió a los voluntarios con insultos y maldiciones mientras que ellos llenaban la estación de agua en una propiedad privada con consentimiento del dueño. Para John Hoelter la respuesta es simple.
“Déjalo, déjalo, no hay manera de que le cambies su manera de pensar, no hay ningún motivo para agraviar las cosas”, aclaró. “Simplemente déjalo”.
A pesar de tratar de ignorar el coraje por parte de aquellos que están inconformes, el grupo tiene que enfrentarse a actos de vandalismo. Ha habido incidentes en los cuales las estaciones de agua han sido vaciadas, disparadas y en un cierto incidente fue apuñalado, todo esto para negarles el agua a los migrantes.
Sin embargo, no todos los enfrentamientos son negativos. En una ocasión, mientras llevaban agua a Sásabe, una mujer en un auto pequeño y amarillo, les saluda y sonríe a la pareja mientras pasa junto a ellos.
A pesar de que la mujer del auto amarillo nunca ha conocido a los Hoelters, les saluda cada vez que los mira pasar en sus viajes de reabastecimiento de agua.
Para los Hoelters, el trabajo de ofrecer ayuda a los migrantes que viajan a lo largo del desierto transciende los partidos políticos y los discursos de campaña presidenciales.
“No importa cuál sean sus ideas políticas, esto solamente se trata de salvar todas las vidas que podamos”, dijo Diane. “Y sabemos que sí hace una diferencia el hecho de que haya agua en el desierto”.
Para John Hoelter las fuertes demandas para que haya más deportaciones y una seguridad fronteriza más estricta no comprenden los básicos problemas humanitarios.
“Es tonto y retorico, lo cual no tiene sentido, es imposible, y demuestra más odio y miedo que compasión humana”, él declaró. “Y yo pienso que solamente están diciendo todo eso para ganar votos por parte de la gente con la actitud de ‘primero yo, después yo y siempre yo’”.
Jorge Encinas es un reportero para Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona.
Traducido por Maritza Flores Campuzano / Editado por Lizeth Castellanos