El contrato de renta de Kathy se había terminado. Después de casi dos años de noviazgo, ella se mudó con su novio Chris para dividir los gastos.
Chris Florko y Kathy Chajkowski han estado viviendo juntos durante 16 años y el matrimonio no fue una meta de ellos, hasta hace poco, cuando ella decidió que quería volver a la escuela. Florko, quien trabaja en la Universidad de Arizona en el equipo de tecnología de la información, dijo que van a casarse por razones prácticas, en este caso, para ahorrar dinero de la colegiatura.
“No creo que el matrimonio signifique tanto cuando la mayoría de los matrimonios terminan en divorcio”, dijo Florko.
Un análisis de los datos del Censo del Centro de Pew Research muestra que uno de cada cinco adultos estadounidenses mayores de 25 años nunca se ha casado, lo cual es un máximo histórico para el país. La gente en Arizona y en todo el país están demorando casarse para concentrarse en su educación y en sus logros individuales aparte del aumento de relaciones de cohabitación.
El término ‘no casado’ no siempre significa soltero. El aumento de las parejas que viven juntos e incluso los que están criando a sus hijos fuera del matrimonio ha tenido un impacto en los índices de matrimonios que están disminuyendo. Melissa Curran, profesora e investigadora del departamento de Estudios de la Familia y el Desarrollo Humano de la Universidad de Arizona, dijo que “muchas personas todavía ven el punto de casarse y lo valoran, sin embargo, las tendencias de comportamiento muestran resultados diferentes”.
“Muy a menudo estas personas que cohabitan ni siquiera eligen vivir juntos”, dijo Curran. “Muchos de ellos simplemente caen en una relación de cohabitación sin tomar una decisión consciente”.
También mencionó que esto puede ser debido a la falta de reglas estrictas de cohabitación y un desacuerdo en cuanto a lo que califica como la cohabitación y lo que no.
Brad Wilcox, director del Proyecto Nacional de Matrimonio, mencionó que algunas investigaciones sugieren que las parejas que cohabitan sin un compromiso de matrimonio, una declaración pública de su compromiso con el otro, tienen menos probabilidades de tener éxito en su cohabitación en comparación con las parejas casadas, incluso si terminan casándose al final.
“Las parejas que cohabitan a menudo tienen diferentes razones por vivir juntos”, dijo el Dr. Wilcox. “Puede ser que él quiera ahorrarse en el alquiler y puede ser que ella desea prepararse para el matrimonio. Una vez que llegan a enfrentarse con el hecho de que ambos están en dos páginas diferentes en cuanto a la relación, las cosas pueden empezar a desmoronarse rápidamente”.
El estudio de Pew Research también descubrió que los estadounidenses están retrasando la edad en la que se casan por primera vez. La edad media del primer matrimonio de los estadounidenses es de 27 para las mujeres y 29 para los hombres, en comparación con 20 y 23 en 1960.
“Los jóvenes están demorando el matrimonio para recibir una educación superior”, dijo Curran. Ella también dijo que el aumento de la competitividad en el mercado de trabajo ha hecho que los jóvenes se centren mucho más en las oportunidades y en el individualismo.
Francis Rosas, de 25 años, pensó que estaría casada a la edad de 23 años. Ha estado con su pareja Ricardo, de 26 años, durante tres años y han estado cohabitando juntos por un año.
“Siempre supe que quería casarme y tener hijos”, dijo Rosas. “Yo sólo lo demoré para concentrarme en mis objetivos y en mi carrera. Los dos queremos lograr muchas cosas antes de tomar ese paso”.
Es probable que continúen estas tendencias en la cohabitación y el matrimonio, pero es importante tener en cuenta el impacto que podría tener en la sociedad. Los niños, por ejemplo, están creciendo en hogares cada vez más diversos. Si bien esto no es necesariamente algo malo, Curran dice que la investigación demuestra continuamente que los niños que se crían en hogares que tienen los padres en las relaciones constantes crecen mejor que los que no lo hacen.
“Los niños realmente necesitan rutinas y estabilidad”, dice Curran. Las relaciones de cohabitación pueden ofrecer ambas cosas, pero la investigación ha encontrado que “las personas que cohabitan y tienen un hijo, tienen aproximadamente el doble de probabilidades que tienen las parejas casadas de separarse antes de que su hijo cumpla los 12 años”.
Además, las mujeres están demorando la edad que comienzan a tener hijos. Esta tendencia es aún más impactante en las mujeres que cuentan con la educación superior, según Wilcox.
“La biología de la maternidad no se ha puesto al día con las tendencias de la edad las personas se casan”, dijo Curran. Esto ha dado lugar a más embarazos de alto riesgo.
Además de eso, Curran dijo que tener hijos se ha convertido en mucho más de una pregunta de ‘si’ en lugar de ‘cuándo’.
“Las cosas que solían ser importantes para los adultos jóvenes ya no son”, dijo Curran.
De hecho, casarse y convertirse en padre quedó en la parte superior de la lista de los estudiantes que dijeron que eran “no importantes” a los que se les preguntó acerca de sus objetivos de vida en un estudio que dirigió Joyce Seridó, un profesor e investigador de la Universidad de Arizona, y Soyeon Shim, un investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Muchos amigos le han dicho a Florko “si estás en una relación seria, ¡ponle un anillo!” Él piensa de otra manera. “La relación en la que estoy es mucho más fuerte que un matrimonio. Estamos juntos porque elegimos estar juntos todos los días, en ves de estar legalmente o religiosamente obligado a hacerlo”.
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Gabriela Díaz es una reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la escuela de periodismo en la Universidad de Arizona. Contáctela vía email al [email protected].
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Traducido por Andrea Castillo / Editado por Mariah Chloe Swickard