Traducido por Maritza Flores Campuzano
Andrea Zukowsky de 65 años de edad, estaba lista para disfrutar de la vida de jubilada y para viajar por el mundo junto con su esposo. Pero de repente, todo cambió.
Su esposo murió repentinamente de un paro cardiaco en el 2014. Ese mismo año, el Departamento de Servicios de Protección de Menores le llamó a Zukowsky para decirle que probablemente ella se convertiría en la cuidadora principal de sus tres nietos.
Sus nietos de 11, 8 y 4 años habían sido abusados sexual, física y emocionalmente por su padre mientras vivían en la casa de Zukowsky.
“Yo sabía que algo estaba pasando, pero no lo podía comprobar,” comentó.
El día en el que finalmente lo pudo comprobar, los niños fueron separados de sus padres: la hija de Zukowsky y su yerno. Las dos opciones eran que los niños podían formar parte del sistema complicado de hogares de guarda en Arizona o podían formar una familia por parentesco con su abuela Zukowsky como su guardián principal.
Esta es la realidad que enfrentan muchas familias en Arizona. De acuerdo a Michelle Crow, la directora de Children’s Action Alliance del Sur de Arizona, el cuatro por ciento o alrededor de 67,000 niños en Arizona se crían por un abuelo o por algún otro familiar.
Según Melissa Barnett, profesora asociada en la facultad de Ciencias de la Familia y del Consumidor John and Doris Norton, el cuidado por parte de un familiar o pariente resulta ser mejor que poner a los niños en el sistema de hogares de guarda. Barnett comenta que en la mayoría de los casos el niño ya ha establecido una relación con sus abuelos y los abuelos ya tienen experiencia en criar a sus propios hijos.
“Hasta cierto punto no se puede interrumpir la vida del niño, entonces lo mejor es buscar al familiar más cercano o alguien con quien el niño ya tiene una relación,” comenta Crow. “Lo que uno intenta es encontrar el más mínimo cambio y la más mínima alteración posible para así poder mantener la vida del niño lo más estable posible.”
Muy a menudo, las familias han pasado por algún tipo de trauma lo cual causa que uno o ambos padres dejen que alguien más cuide a sus hijos, dice Barnett.
Barnett comenta que este tipo de traumas se deben al abuso físico o sexual al niño, abuso de substancias por parte de los padres, encarcelamiento, enfermedad grave de los padres o trauma a causa de una situación en la cual el padre es enviado a una misión militar o necesita vivir en un lugar diferente a sus hijos debido a su trabajo.
Para los abuelos es un “evento improvisto.” Un evento en sus vidas que no esperaban, similar a lo que le pasó a Zukowsky.
“Al principio yo pensaba que era la única persona en el mundo que tenía que hacer esto,” dijo Zukowsky. “¿Por qué es que necesitan que yo los cuide? ¿Por qué sus papás no maduran?”
Puede ser difícil para los abuelos el tener que acostumbrarse a la responsabilidad de cuidar a sus nietos, dijo Barnett.
“Puede que estén en una etapa en su vida en la cual no planean cuidar a alguien más. Tal vez ya estén jubilados y viven en un ingreso fijo y puede que después estén en diferente posición que sus compañeros, quienes están en una etapa diferente de su vida y ya no están criando a niños,” comenta Barnett. “Eso también puede causar a que algunos abuelos se enfrenten con aislamiento.”
De repente el tener que cuidar a sus nietos puede ser una carga financiera. Muchos abuelos están jubilados y viven en un ingreso fijo, dijo Barnett. En ciertos casos, el convertirse en el guardián principal no necesariamente significa que ellos se convierten en su tutor legal. Sin ser su tutor legal, puede que los abuelos no califiquen para recibir ayuda financiera, lo cual es algo que un padre adoptivo si puede recibir.
Laura Jasso, un miembro de la asociación Grandparents Ambassadors Association y única tutora de sus nietas de 13 años de edad, adoptó formalmente a las niñas para así poder recibir ayuda para poder cubrir los gastos de su cuidado.
Los nietos de Zukowsky quedaron tan traumados que tuvo que renovar toda su casa. Los recuerdos del abuso atormentaban a los niños y por lo tanto no podían dormir en sus recamaras, donde ocurrió la mayor parte del abuso físico y sexual.
“Tuve que reemplazar todos los muebles, incluyendo las recamaras, volver a pintarlas; todo esto me costó alrededor de 50,000 dólares,” comentó Zukowsky. “Se rehusaban a quedarse en el cuarto. Les daba miedo porque tenían pesadillas.”
Zukowsky tuvo que instalar un portón en su casa, compró un sistema de alarma y consiguió un perro guardián con el fin de que los niños se sintieran seguros.
El tener que cuidar niños ya siendo mayor de edad puede afectar la vida de los abuelos, mencionó Barnett.
El bienestar físico y psicológico de los abuelos puede estar en peligro al tomar una responsabilidad inesperada, comentó Barnett. Puede que les preocupe su habilidad física para mantenerse al ritmo de sus nietos, especialmente si son niños pequeños.
Jasso sufría de trastornos mentales y dijo que la necesidad de recursos para los nietos que están viviendo con familias por parentesco es tan grande como también lo es la necesidad de recursos para los abuelos de estas familias.
“Me estaba preparando para jubilarme y tenía planes, pero cuando se mudaron a mi casa, todo cambió”, dijo Jasso. “Perdí a algunos de mis amigos sólo porque no entendían por lo que estaba pasando. Ellos estaban en diferentes etapas de sus vidas.”
Debido a que los niños que están siendo criados por sus abuelos muy a menudo han enfrentado una experiencia traumática en sus vidas, muchas veces requieren más cuidado y apoyo que otros niños. Este es otro obstáculo que los abuelos tienen que enfrentar, comentó Barnett.
Como resultado del trauma, los tres nietos de Zukowsky desarrollaron el trastorno de estrés postraumático y ella también dijo que los dos más chicos estaban atrasados en su desarrollo.
El nieto de ocho años tuvo que asistir a terapias ocupacionales y de lenguaje varias veces por mes y aún no había desarrollado las habilidades motrices que un niño de su edad debería de tener. Zukowsky no solo se hizo responsable del cuidado cotidiano de sus nietos, sino que también tuvo que tratar con el trastorno de estrés postraumático de ellos.
En cuanto a su propio bienestar, Zukowsky padeció depresión como resultado de la carga de tener que cuidar de sus nietos.
“Tenía miedo, no sabía cómo iba a lidiar con todo lo que estaba pasando,” dijo Zukowsky. “Pensé, «yo no soy la que debe de estar cuidando a estos niños». Mi esposo y yo teníamos planes de viajar por el mundo.”
Las nietas de Jasso batallan en aceptar el hecho de que su madre, quien sufre de un trastorno mental, nunca podrá ser una mamá estable en sus vidas.
“Han sufrido mucho porque su mamá es muy inconsistente al visitarlos y eso les duele,” mencionó Jasso. “Ellos siempre han tenido el sueño de regresar con su mamá, pero eso nunca pasará.”
Junto con la ayuda de asesores de recuperación y de terapeutas, ellas están progresando y tratando de vivir una vida normal al lado de su abuela.
“Yo creo que eso es lo que cualquier abuelo quisiera. El hacerles la vida lo más normal que se pueda y poder ofrecerles una buena calidad de vida para que así cuando ellos crezcan, puedan ayudar a la sociedad en lugar de perjudicarla,” comentó Jasso.
Centro de Atención Familiar KARE
El Centro de Atención Familiar KARE, en Tucson, se especializa en poner en contacto a las familias por parentesco con sitios de recursos disponibles dentro de la comunidad.
Melissa Leyva, navegadora de parentesco en el Centro Familiar KARE, dijo que el centro ofrece información, apoyo y orientación a los cuidadores principales de las familias por parentesco.
El centro se adapta de acuerdo a las necesidades específicas de cada familia- ya sea al solicitar ayuda para comprender más sobre el sistema de bienestar infantil y ofrecer apoyo emocional, comentó Leyva.
El centro lleva a cabo grupos de apoyo en inglés y en español una vez por mes, en los cuales las familias aprenden cómo tener acceso a los recursos tales como cupones de alimentos, ayuda financiera o servicios comunitarios.
“Nuestro trabajo es informar a las familias, así como también brindarles el conocimiento necesario para que cuando lleguen a un punto donde tengan que tomar una decisión especifica, sepan cómo hacerlo,” comentó Leyva.
Abuelos Embajadores de Arizona
Los Abuelos Embajadores de Arizona es un grupo activista que comenzó en el 2010 con unos cuantos abuelos de la región y ahora se ha expandido por todo el estado.
Hoy en día este grupo está en tres regiones de Arizona. Laura Jasso, un miembro y fundadora del grupo, dijo que el grupo aboga por cualquier familia por parentesco que está cuidando a niños que no son sus hijos biológicos.
Cada región combate sus propios problemas, comentó Jasso, pero por el momento el grupo está trabajando en conseguir más apoyo por parte de la legislatura del estado de Arizona para reconocer a las familias por parentesco y ofrecerles más ayuda financiera.
Los embajadores trabajan para presionar a la legislatura con la esperanza de que ofrezcan más recursos para ayudar con la crianza de los niños, especialmente los de las familias por parentesco. También están trabajando para mejorar los recursos específicamente disponibles para los abuelos que crían niños.
Adriana Espinosa es una reportera por El Independiente, un servicio de noticias de la Escuela de Periodismo en la Universidad de Arizona. Te puedes comunicar con ella por correo electrónico [email protected].