Después de pasar por la calle de servicio de grava, en el Parque Nacional del Bosque Petrificado, hay un bulto de vergüenza y abandonamiento que no puede ser encontrado en ningún mapa del parque.
El bulto tiene la medida de una camioneta pero está compuesta de piedras que en realidad son pedazos de madera petrificada, según Ryan Thompson, el autor de las crónicas de los robos. Hay troncos mellados petrificados, fragmentos pulidos que demuestran un arcoíris de colores, piedras tan pequeñas que desaparecen entre el montón y algunos pedazos que puede que ni sean madera petrificada. Sin la importancia de que tan diferente sean estos fragmentos todos tienen una cosa en común: son lo que queda de las piedras que han sido robadas y las han regresado con la esperanza de la exoneración de culpabilidad.
Este montículo abandonado es el “bulto de la conciencia.”
Lauren Carter, una intérprete guardabosques en el Parque Nacional del Bosque Petrificado, recordó la vez que los guardabosques de la fuerza policial capturaron a un hombre que intentaba robarse cantidades extremas de piedra preciosa. Tomó tanto que hasta ligó con cinta adhesiva pedazos por debajo de su carro.
De acuerdo con el superintendente del parque Brad Traver, por lo menos una tonelada de madera petrificada se roba del parque por mes. Como no hay una manera de comprobar si la cifra es precisa, los guardabosques constantemente capturan a personas intentando robar la piedra preciosa. Durante esta década, el parque ha alterado su estrategia en el parque para cesar el robo. Anteriormente, el parque era demasiado estricto y hostil con los visitantes y han cambiado al enviar mensajes más positivos enseñándoles sobre todos los recursos del parque, no solamente de la madera petrificada y la importancia de protegerlos.
“La madera petrificada fue la razón por la cual el parque se estableció. Hay muy pocos lugares en el país y hasta en el mundo con tal colección de madera petrificada,” Traver agregó. “Nuestra responsabilidad es proteger los recursos y siempre lo ha sido, pero tenemos que tener un balance entre la protección de los recursos y ayudar a que las personas disfruten el parque.”
“La madera petrificada fue la razón por la cual el parque fue establecido. Hay muy pocos lugares en el país y hasta en el mundo con tal colección de madera petrificada,” Traver agregó. “Nuestra responsabilidad es proteger los recursos y siempre lo ha sido, pero tenemos que tener un balance entre la protección de los recursos y ayudar que las personas disfruten el parque.”
En los años 1900s, la gente era bienvenida al parque con un video de orientación que presumía una escena representando una detención después del intento de robar pedazos de madera petrificada. Los visitantes salían del parque con una sola pregunta de interrogación: ¿robaste madera petrificada?
El proceso áspero de protección de los recursos del parque dejó una impresión negativa en las personas. Algunos visitantes y personas que robaron o compraron piedras del parque se sintieron tan culpables que hasta regresaron los recuerdos que se habían guardado en el bolsillo.
“Son hermosas, pero no las puedo disfrutar- pesan como una tonelada de ladrillo en mi conciencia. Disculpe,” dice una de las cartas en Mala Suerte, Piedras Caliente, la pagina y un libro de Ryan Thompson. La colección de cartas que recibe el parque cada año de las personas que se sienten arrepentidas, que no pudieron resistir el impulso de tomar un poco de las piedras y están buscando ser perdonados.
“Recibimos más cartas de disculpa de lo que se piensa. Talvez una o tres veces al mes. Recibimos paquetes con madera petrificada y una nota de disculpa,” mencionó Carter.
“Estimado Sr. Guardabosque, lamento haber tomado esto. Solamente tengo 5 años y cometí un grave error. Andy”, decía una de las 800 cartas que Thompson leyó.
“Me sorprendieron las cartas cuando las leí . Hay un rango emocional de tristeza, culpabilidad, algunas cómicas otras hasta trágicas,” dijo Thompson. Las cartas varían de niños a adultos, las personas regresando las piedras por culpabilidad o por superstición y cartas largas y descriptivas a cartas cortas y directas.
Aunque las personas intentan hacer lo correcto, las piedras se han removido de su origen para siempre, perdidos de su contexto determinado. En vez de estar dispersados por todo el parque, terminan en el “bulto de la conciencia”.
“Cuando se toman estas piedras, es el deseo humano contra la importancia que ese pedazo tiene geológicamente,” explicó Thompson.
Hoy en día bajo la dirección de Traver, el parque enfrenta el problema de las piedras robadas con una perspectiva diferente. “Hace 10 años hubo un estudio de ciencias sociales que comprobó que un mensaje positivo es más efectivo que un mensaje negativo,” agregó él.
De acuerdo con Traver y Carter, las consecuencias del énfasis extremo del robo de la madera petrificada condujo al público a creer que “se estaban robando toda la madera y que ya casi no había.” Para cualquiera que visite el parque, un paseo por el camino de Crystal Forest demuestra lo contrario.
Al conducir por la calle para llegar a Crystal Forest path, los visitantes pueden ver leños masivos de madera petrificada dispersos por todo Painted Desert, marcando un bosque que se mantuvo en pie por más de 200 millones de años. En cada paso hay un pedazo de madera petrificada que demuestra un conjunto de minerales coloridos donde antes había madera café. Tonos de azul, café, morado, amarillo y rojo se reflejan de los troncos con el sol. Lo que queda permanece en el suelo en pedazos separados, representando arboles de 20 pies que surgieron alguna vez. El camino es la prueba de la gran abundancia de madera petrificada que aún queda en el parque.
Mientras que la preservación de madera petrificada es importante, el parque divide el énfasis de proteger y educar a los visitantes en todos los aspectos del parque. Otros recursos en el parque incluyen fósiles de las creaturas que recorrían el parque, hallazgos arqueológicos como los petroglifos de una civilización de hace 1,000 años, artefactos modernos de la Ruta 66, plantas y animales vivos del parque y edificios históricos dentro del terreno.
“La colección de piedras es una experiencia universal. Todos tienen historias de cuando recogieron piedras o conchas,” Thomson expresa. “En este caso, las personas están pidiendo perdón por las piedras que han tomado. En una micro escala es una metáfora para los humanos que toman los recursos irremplazables del mundo.”
Sara Cline es una reportera para el Noticiero Arizona Sonora, un servicio de la Escuela de Periodismo con la Universidad de Arizona. La puede contactar en [email protected]