Muchas de las escuelas rurales de Arizona carecen de fondos apropiados para empezar o expandir sus programas de posicionamiento avanzado (AP, por sus siglas en inglés), incluyendo la escuela secundaria Tombstone High School, la cual carece completamente de estas clases y los docentes dicen que puede ser una desventaja seria para los estudiantes al prepararse para la universidad.
“Solíamos querer que los niños fueran a la universidad y fueran exitosos”, dice Andrea Overman, la directora de la escuela secundaria Douglas High School. “Ahora tenemos que pensar más globalmente… Ahí es cuando entra el valor de las clases AP, que de verdad nivelan el campo de juego para nuestros niños en una comunidad pequeña”.
Más financiamiento puede ayudar crecer a estas escuelas más pequeñas y mantener sus programas de posicionamiento avanzado. En su discurso estatal, el Gobernador Doug Ducey propuso $6 millones destinados a incentivos para los programas de preparación para la universidad, tales como clases AP que ayudan a los estudiantes a prepararse y a triunfar en la universidad.
Las escuelas rurales en el área sureste de Arizona (Southeastern Arizona) tienen un promedio de 9 clases AP por escuela, mientras que en escuelas más grandes en Phoenix y Tucson el promedio es de 20 clases por escuela. Chandler Hamilton, la escuela secundaria más grande en Arizona ofrece 24 clases AP.
La escuela secundaria Tombstone High School no ofrece clases AP, pero tiene un número de diferentes programas para preparar a los estudiantes para la vida después de graduarse. Estos programas consisten de tutorías después de la escuela con maestros, asesorías frente a frente cuatro veces por semanas y les proporciona información a los estudiantes diseñada a sus planes después de graduarse.
“Creo que hacemos un buen trabajo dándoles a los estudiantes lo que necesitan para ser exitosos, ya sea en ir a la universidad o empezar una profesión”, dice David Thursby, el director de la escuela secundaria Tombstone High school.
La preparación empieza durante el primer año cuando se les da a los estudiantes exámenes para ver si tienen algunos huecos en sus conocimientos. Si sí los tienen, los estudiantes trabajan con los maestros para ponerlos al corriente llenando estos huecos y así se puedan graduar a tiempo.
Thursby dijo que también forman conexiones entre los estudiantes y becas y se aseguran que tienen las clases que necesitan para graduarse y prepararse para la universidad. La escuela les proporciona información de escuelas de talleres a aquellos estudiantes que no planean ir a la universidad.
Con estos programas, Thursby dice que no piensa que la escuela secundaria Tomstone High School carezca de cualquier comparación con lo que las clases AP hacen para preparar a sus estudiantes.
“Nos gustaría ofrecer clases AP, pero nuestro cuerpo estudiantil es muy pequeño y nuestros maestros hacen tantas cosas al mismo tiempo, que sería difícil cubrir las clases AP en conjunto con las clases regulares”, dice Thursby. “Si el dinero no fuera el problema, las clases AP fueran definitivamente una opción”.
Para la escuela secundaria Douglas High School, la falta de dinero los retiene de introducir nuevas clases, según Overman. Aunque la escuela tiene 5 clases AP y otra por venir el año entrante, los costos financieros del programa han ralentizado el progreso de la escuela.
“Para tener un programa AP, tienes que proporcionar un currículo, lo cual no es barato”, dijo Overman.
La escuela secundaria Douglas High School ha podido agregar más clases AP financiadas por un subsidio federal competitivo a través de un programa de la universidad NAU llamado Programas de Obtención Temprana de Conciencia para Estudiantes Pregrado (Gaining Early Awareness for Undergraduate Programs, GEARUP). Este subsidio está actualmente en el año cuatro de siete y ha proporcionado aproximadamente $544,000 hasta ahora.
Este subsidio no solamente ayuda a las clases AP, pero también a la escuela de verano, el entrenamiento para maestros, viajes para visitar universidades y les brinda mentores a estudiantes. Overman dice que todo esto ha ayudado a los estudiantes a prepararse para la Universidad.
“Estamos a unas 125 millas lejos de Tucson, así que necesitan saber a lo que se expondrán cuando dejen tan pequeña comunidad”, dijo Overman. “Creo que las clases AP ayudan verdaderamente a prepararlos para el tipo de estudio y el nivel de rigor que se les exigirá cuando entren a la universidad”.
Tal como Douglas, la escuela secundaria Buena High School también está recibiendo subsidios para ayudar expandir el programa AP en su escuela. Este subsidio competitivo es financiado por Northup Grumman y le proporcionará a la escuela unos $706,000 hasta el año académico 2017-2018. La subdirectora de la escuela Melinda Escárcega, dice que la escuela expandió sus clases AP de matemáticas y ciencias gracias al subsidio.
“Me gradué de una escuela secundaria rural con otros 78 estudiantes”, dice Escárcega. “Hubiera estado bien que alguien nos tendiera una mano al entrar a la universidad”.
Tener el dinero para empezar el programa AP es solamente la mitad de la batalla para que se realice. El primer año de clases AP en la escuela secundaria Bisbee High School fue posible gracias a sus maestros dedicados.
“Un programa no es nada sin maestras effectivos que honestamente sienten dedicación por servirle a los chicos,” dice Laura Miller la directora de la escuela secundaria Bisbee.
Conservar a los profesores y el personal de enseñanza es un factor vital para ver si Bisbee podrá sostener su crecimiento en un programa AP. Más financiamiento en el distrito pudiera ayudar a la escuela para proporcionar más materiales para los estudiantes y al personal para prepararse para las pruebas AP. Miller dice que las maestras aceptan estas posiciones más demandantes sin ningún otro sueldo por la carga extra de trabajo.
Sin embargo, existen preguntas de si estos programas benefician completamente a la escuela y a sus estudiantes. El programa Challenge Success, una extensión del programa Stressed Out Students en la Universidad Stanford, dedicado a encontrar caminos más efectivos para los estudiantes, condujo un estudio en el 2013 para ver si los programas AP en verdad cumplen su promesa a los estudiantes de prepararlos para la universidad. Parte del programa se enfocó en el éxito que tuvieron los estudiantes AP en la universidad y cuestionó la causalidad que la mayoría de las personas asocian entre estos dos.
Miller dice que puede ver cómo pueden surgir criticas de estos salones si no existen maestras eficaces. Para que los cursos AP que se ofrecen sean beneficiarios, el programa Challenge Success dice que deben ser parte de la iniciativa más amplia que involucra “cambios en el desarrollo profesional y la secuencia curricular general para preparar mejor a los estudiantes para trabajo de nivel universitario”. Las universidades varían en sus requisitos para aceptar créditos universitarios basados en el examen y algunos estudiantes que obtienen los créditos toman la clase de cualquier manera y esto contribuye a la pregunta del valor del programa universitario.
Aún con las críticas, las escuelas buscan implementar currículos rigurosos para ayudar a los estudiantes graduarse a tiempo y que empiecen a pensar acerca de la universidad, pero muchas escuelas se retienen por las limitaciones financieras.
La idea de sobrecargar al personal actual se discute en el estudio del programa Challenge Success. Mientras que estas clases intensivas pueden ayudar a los que las toman, puede resultar en clases más grandes en las materias regulares y dejar a otros estudiantes ignorados y sin preparación para graduarse.
Similar a Tombstone, la escuela secundaria Willcox High School actualmente tiene una clase AP, pero no tiene personal suficiente y recursos para cubrir más clases AP junto con clases regulares debido al financiamiento.
En un futuro cercano, Tombstone buscará implementar clases AP. Hasta que ese momento llegue, Thursby dice que el personal de la escuela y con un consejo escolar que brinda apoyo hacen la diferencia en asegurarse que los estudiantes estén preparados para una vida después de la escuela secundaria.
“Hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos,” dice Thursby.
Shannon Higgins es una periodista para Arizona Sonora News, un servicio de la escuela de periodismo con la Universidad de Arizona. Contáctese con ella a su correo shannonhiggins@email.arizona.edu.
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