El espectro amenazante de la escasez de agua en el Rio Colorado presenta una gran preocupación para los estados que dependen de él como fuente de agua, pero tomando precaución y medidas de planeación, muchas partes de Arizona están preparadas para aguantar durante unas cuantas décadas más.
Kelly Mott Lacroix, analista principal de investigación en el Centro de Investigación de los Recursos Hidráulicos de la Universidad de Arizona, explica la dificultad de tratar de resumir la condición del estado entero.
“No se puede hacer una declaración a nivel estatal sobre como todos van a estar bien durante la crisis, ya que diferentes áreas tienen diferentes recursos hidráulicos”, declara Mott Lacroix. “Algunas áreas, tales como Tucson, tenemos nuestro Proyecto de Arizona Central Project donde mezclamos el agua con agua subterránea para después bombearla de nuevo”.
“Si se encuentra en el área de Phoenix, recibe agua del Rio Verde, del Rio Salt, y también del Rio Colorado, como aquí en Tucson, y aparte agua subterránea”.
En Tucson, las proyecciones respecto a la disponibilidad del agua son optimistas alcanzando hasta el 2050, tomando en consideración el crecimiento demográfico, pero a la vez también depende de cuando se declare la falta de agua en el Rio Colorado.
Una escasez en el Rio Colorado se basa en el volumen hidráulico del Lago Meade. Un reporte mensual producido por la Agencia Federal de Recuperación de Agua, conocido como el Estudio de 24 Meses, pronostica los niveles de agua del lago.
El factor que determina una escasez seria si el pronóstico de los niveles de agua es 1,075 pies o más bajo. Actualmente, hay una posibilidad de que se declare una escasez de agua tan pronto como el 2016 y la mayor posibilidad se considera que pueda ser para el 2017.
De acuerdo al Proyecto de Arizona Central (CAP, por sus siglas en ingles) no se ha declarado una escasez de agua en el Rio Colorado desde 1964.
Cuando se declare la escasez, algunas áreas de Arizona van a estar en mejores situaciones que otras y esto es debido a que cada región tiene sus propias capacidades y propiedades de recursos hidráulicos y de infraestructura.
Fernando Molina, el oficial de información publica para Tucson Water, reconoce que una falta de agua en el Rio Colorado es inevitable al futuro, pero la incertidumbre del “cuando” crea una dificultad para hacer declaraciones definitivas sobre un plazo específico.
“Sabemos que va a suceder pero no sabemos cuándo”, dijo Molina. “Si esto sucede más pronto de lo esperado y no podemos recargar la misma cantidad de agua, entonces tendremos una escasez mínima pero si es necesario aun podremos bombear el agua subterránea”.
“Esa la estamos aguardando como nuestro último recurso de agua para el consumo porque queremos conservarla”.
La recarga de aguas subterráneas es una de las razones por las cual Tucson Water está mejor equipada para enfrentar la eminente escasez en comparación con otras áreas. El agua de CAP se pone en campos de abastecimiento las cuales aumentan la reserva de aguas subterráneas.
El bombeo que Tucson Water lleva a cabo para suministrar su área es menos que la cantidad de agua que se está depositando al suelo. Esto resulta en un exceso de agua que permanece retenida en el suelo para usarse en el futuro.
Parte de la planeación anticipada por parte de Tucson Water para cubrir la necesidad del agua al futuro, fue construir pozos alrededor de los campos de abastecimiento.
La primera etapa fue la construcción del Proyecto de Almacenamiento y Recuperación en el Centro de Avra Valley, la cual comenzó en 1996 y se completó en el 2002. La segunda fue el Proyecto de Almacenamiento y Recuperación al Sur de Avra Valley, cuya construcción comenzó en el 2006 y se completó en el 2012.
La finalización de la construcción de los dos sitios en Avra Valley permitió que Tucson Water se encargara del reparto total de agua de CAP, la cual continúa almacenándose en el acuífero.
Los pozos han creado una ventaja sobre aquellos proveedores que no construyeron pozos cuando los campos estaban siendo construidos en sus áreas. Ahora estos proveedores no pueden tener acceso al agua sin antes tener que construir una infraestructura costosa, tal y como la de Tucson.
A pesar de que una escasez de agua sería grave, muchos arizonianos no tendrían los efectos inmediatamente. Los primeros en ser afectados seria la industria agrícola de Arizona que usa la mayor parte del agua en el estado. Las ciudades y las tribus que dependen del agua de CAP experimentarían los efectos de la escasez después si las condiciones continuaran empeorando.
En Arizona, el 70 porciento del uso de agua es para la agricultura, el 25 por ciento para las ciudades y el 5 por ciento para la generación de energía y usos de actividad minera, declaro Mott Lacroix.
Después de que se haya declarado una escasez de agua, probablemente tomaría de 15 a 20 años para que las ciudades arizonianas sean afectadas, dijo Molina.
Existen diferentes factores para que Tucson tenga una buena perspectiva en términos de la disponibilidad de agua. Uno de los factores es los diferentes programas de conservación creados por Tucson Water los cuales han hecho que el público y que los negocios sean más eficaces en el uso del agua.
“Nuestra estrategia de gestión hidráulica es de parar el bombeo agua subterránea no renovable”, dijo Molina. “El año pasado, bombeamos agua subterránea al mismo nivel que en 1944”.
“Bombeamos el mismo volumen de agua en el 2013 que en 1989, pero estamos dando servicio a más de 200,000 más consumidores”.
A pesar de que el agua subterránea se puede fabricar naturalmente, se considera como una fuente de agua limitada y no renovable debido al tiempo que le toma para rellenarse sin ninguna intervención artificial, tal como la recarga provista por agua de CAP.
“Una vez que se bombea el agua subterránea, al menos en el área donde vivimos y la geología, no se repondrá en ningún marco de tiempo humano”, aclaró Molina.
Flujos rápidos de aguas pluviales, aun con una fuerte temporada de monzones durante El Niño, no proporcionan un reabastecimiento significativo para las fuentes/ recursos de agua subterránea. La mayor parte del agua, la cual es alrededor del 90 por ciento, se pierde a causa de la evaporación o a la escorrentía lejos de los pozos y la jurisdicción de Tucson Water.
Una mejor fuente de agua natural son corrientes lentas que se producen con el deshielo. En el Rio Colorado el deshielo es la fuente principal de agua. Esto ha aumentado el conocimiento sobre patrones meteorológicos en los afueras de Arizona.
“Antes no nos teníamos que preocupar nunca sobre el clima en los afueras de la cuenca de Tucson”, dijo Molina. “Ahora tenemos que comprender el clima y todo lo que está sucediendo respecto al ambiente ya que esto afecta nuestros planes”.
Ben McMahan, especialista en investigación, participación y evaluación con CLIMAS Instituto del Medioambiente en la Universidad de Arizona, resalta la incertidumbre de predecir los efectos de la precipitación en el Rio Colorado.
“A largo plazo, las proyecciones sugieren que habrá un calentamiento gradual en el clima para el Sureste, un incremento de un par de grados durante varias décadas”, declaró McMahan. “No hay una buena manera de controlar como eso se relaciona a la variabilidad especifica del agua y la precipitación, o por lo menos los modelos no tienen un buen control de esto en cuanto a cuáles serán los cambios en precipitación”.
“Pensamos que va a estar más cálido y seco pero la precipitación es más difícil de predecir”, dijo McMahan.
Mientras que es poco claro como la precipitación y el clima pueden afectar la fuente de agua para hacer una declaración definitiva, las altas temperaturas podría afectar el sistema hidrológico respecto a cómo reacciona con el deshielo que suministra el Rio Colorado.
Las altas temperaturas en el invierno podrían causar que la nieve se derritiera más pronto, causando que las corrientes comiencen más pronto y esto causaría que aumenten las evaporaciones, dijo McMahan.
Aun con una escasez inminente en el Colorado, no ha habido advertencias por parte de los proveedores de agua o de los científicos sobre una crisis potencial del agua en Arizona. A pesar de la perspectiva positiva respecto a la reserva hidráulica para la mayoría de ciudades y de tribus, Mott Lacroix advierte que eso no debe de ser una excusa para la complacencia.
“Vivimos en un ambiente árido, y este ambiente se está volviendo aun mas árido, entonces debemos continuar pensando de donde es que vamos a conseguir el agua en el futuro”, dijo Mott Lacroix. “Mientras estemos conscientes de esto y estemos haciendo planes sobre qué se debe de hacer y mientras estemos siendo proactivos, estaremos bien”.
Jorge Encinas es un reportero para Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona.
Traducido por Maritza Flores / Editado por Lizeth Castellanos